Maridaje… es donde la comida y los vinos se unen en una perfecta armonía de sabores, elevando la experiencia gastronómica a un nivel completamente nuevo. No se trata solo de disfrutar de una copa de vino y un plato de comida por separado, sino de cómo ambos interactúan para potenciar sabores, aromas y texturas.
En Viñales, entendemos la importancia de esta armonía, y por eso ofrecemos una cuidadosa selección de vinos para cada ocasión, ayudándote a lograr combinaciones exquisitas y memorables.

El maridaje es el arte de combinar comida y vino de manera que ambos se complementen y potencien mutuamente. Su objetivo es crear una experiencia armoniosa en el paladar, donde los sabores, aromas y texturas de los alimentos y el vino se equilibren. Permitiendo disfrutar cada bocado y sorbo al máximo, enriqueciendo la experiencia gastronómica.

El maridaje se refiere a elegir y combinar alimentos y bebidas. Esto incluye vinos, licores y cócteles. El objetivo es realzar y complementar sus características, como sabor y aroma.

Los principios básicos del maridaje son:
· Equilibrio: lograr una armonía entre los sabores de los alimentos y las bebidas.
· Contraste: aprovechar diferencias sutiles para crear interés y complejidad en la experiencia.
· Complementariedad: encontrar combinaciones que se potencien y realzan mutuamente.
· Versatilidad: ser capaz de adaptar el maridaje a diferentes platos y ocasiones.

Lograr un maridaje perfecto mejora mucho la experiencia gastronómica. Cuando se combinan bien, los sabores se realzan y se descubren nuevos matices. Esto enriquece el paladar y satisface los sentidos.

Entender los principios básicos del maridaje y practicar esta habilidad nos hace mejores anfitriones. Así, podemos ofrecer a nuestros invitados una degustación excepcional.

Uno de los principios fundamentales del maridaje es encontrar un equilibrio entre los sabores del vino y la comida. Un vino robusto con cuerpo, como un Cabernet Sauvignon, puede complementar platos ricos y sabrosos como carnes asadas, mientras que un vino más ligero, como un Sauvignon Blanc, se ajusta mejor a alimentos más delicados, como pescados y mariscos.

El maridaje perfecto también puede lograrse a través de la complementariedad o el contraste. Los vinos con notas afrutadas pueden complementar platos que también tienen toques dulces o frutales, como un Pinot Noir con una ensalada de frutas. Por otro lado, un vino ácido puede cortar la grasa de un plato rico, como un Chardonnay con un plato de pollo en crema.

La textura de los alimentos y el cuerpo del vino deben estar en armonía. Un vino ligero con buena acidez puede complementar platos ligeros, mientras que un vino con más cuerpo puede acompañar alimentos con texturas más robustas. Por ejemplo, un Merlot con su suavidad y notas de frutas puede ser perfecto para pastas con salsas suaves.

Los aromas del vino deben complementar o contrastar con los aromas del plato. Un vino con notas especiadas, como el Syrah, puede realzar el sabor de platos con especias similares, como un estofado de cordero. Además, la complejidad del vino debe coincidir con la complejidad del plato para una experiencia completa.

A menudo, los vinos y los alimentos de la misma región tienen una química natural. Los vinos chilenos, como el Carmenere, se maridan maravillosamente con platos típicos de la cocina chilena. Conocer las variedades y las regiones puede ayudarte a hacer elecciones más informadas.

Además de Casa Silva y Errázuriz, considera los vinos de otras viñas prestigiosas de Chile, como Viña Concha y Toro, conocida por su amplia gama de vinos de calidad, Viña Montes, famosa por sus excepcionales vinos y su enfoque en la producción sostenible. Por otro lado, se encuentra Viña Vik, del Valle Cachapoal reconocida por su enfoque innovador en la producción de vinos premium y finalmente se encuentra Viña San Pedro reconocida bodega chilena que se destaca por la producción de vinos de alta calidad, reflejando la diversidad de los terroirs de Chile.

Estas viñas ofrecen excelentes opciones para complementar tus platos y elevar tu experiencia gastronómica.

El maridaje de vinos tintos ofrece una amplia gama de opciones para complementar una variedad de platos. Cada tipo de vino tinto tiene características únicas que lo hacen ideal para ciertos alimentos, realzando el arte culinario. A continuación, explicaremos cómo los vinos tintos más populares se combinan con diferentes platos.

El Carmenere se destaca por sus notas de frutas oscuras, especias y un toque de pimiento verde. Su cuerpo medio a robusto y sus taninos suaves lo convierten en una excelente opción para maridar con carnes a la parrilla, guisos de cordero y platos con salsas ricas. Su sabor intenso complementa perfectamente los alimentos con sabores fuertes y profundos. Para una experiencia aún más destacada, te recomendamos la Cata Vertical de Vinos Kai Errázuriz Carmenere 750cc, de la prestigiosa Viña Errázuriz una selección que realza la profundidad y complejidad de este vino excepcional y también el Vino Casa Silva S7 Carmenere 750cc de la Viña Casa Silva una opción que resalta la característica distintiva del Carmenere realzando cada bocado.

El Cabernet Sauvignon es un vino robusto y estructurado, con sabores intensos de frutas oscuras y notas de especias. Su cuerpo completo y sus taninos firmes lo hacen ideal para carnes asadas, estofados y quesos curados. Este vino puede cortar la riqueza de platos contundentes, ofreciendo un contraste que realza la profundidad de ambos elementos.

El Merlot es un vino suave y afrutado, con notas de ciruelas y cerezas maduras. Su perfil accesible y su cuerpo medio lo hacen ideal para una amplia variedad de platos, desde pastas con salsas suaves hasta carnes blancas y quesos. Su versatilidad y suavidad permiten que se adapte bien a comidas menos intensas, ofreciendo una experiencia de maridaje equilibrada y placentera.

El Malbec es una uva tinta que ha alcanzado su máxima expresión en Argentina, país que lo ha elevado a la categoría de variedad emblemática a nivel mundial. Este vino, símbolo de la viticultura argentina, es perfecto para maridar con las carnes rojas típicas de la gastronomía del país, como el bife de chorizo, las costillas de res o el tradicional asado. Su cuerpo robusto y taninos firmes equilibran la grasa de las carnes y realzan los sabores, especialmente en platos a la parrilla con toques ahumados como el cordero o el cerdo.

Además, el Malbec brilla en combinación con quesos curados como el roquefort o el provolone, así como con platos especiados o de hongos como el risotto.

El Syrah (o Shiraz, como se le conoce en Australia) es un vino con cuerpo y una rica combinación de frutas oscuras y especias. Su perfil robusto, con notas de pimienta negra y a veces un toque ahumado, lo hace ideal para acompañar platos a la parrilla, costillas de cerdo o estofados de carne. Su intensidad y complejidad aportan profundidad a los platos más contundentes.

El Pinot Noir es conocido por su ligereza y sus notas de frutas rojas, como cerezas y fresas. Su perfil suave y su acidez equilibrada lo hacen perfecto para acompañar platos delicados como salmón a la parrilla o un risotto de hongos. Este vino realza los sabores sin dominarlos, proporcionando una experiencia de maridaje elegante y sutil.

Vino Ensamblaje, o «blend» en inglés, es un vino elaborado combinando distintas variedades de uvas para lograr un perfil de sabor equilibrado y complejo. Los enólogos usan esta mezcla para ajustar el sabor, cuerpo y estructura del vino, creando un producto final armonioso.

Un vino ensamblaje puede maridar con:
· Carnes rojas: Ideal con vinos que incluyen Cabernet Sauvignon o Syrah.
· Platos de caza: Acompaña bien con ensamblajes especiados como los que contienen Syrah.
· Comidas a la parrilla: Perfecto con ensamblajes robustos como los que tienen Malbec.
· Platos con salsas ricas: Funciona bien con vinos equilibrados en acidez y taninos.
· Quesos curados: Adecuado para ensamblajes robustos.

El maridaje con vinos blancos puede transformar una simple comida en una experiencia deliciosa. Los vinos blancos son conocidos por su frescura y versatilidad, lo que los hace perfectos para acompañar una amplia gama de platos. Con sus notas frutales, florales y minerales, estos vinos pueden realzar los sabores de los alimentos, especialmente cuando se eligen las cepas adecuadas.

Entre las cepas blancas más destacadas, encontramos:

El Chardonnay es versátil y adaptable, con notas de manzana, cítricos y, en algunos casos, toques de mantequilla o vainilla. Dependiendo de su crianza, puede ofrecer sabores desde frutales y frescos hasta ricos y mantecosos. Es excelente con platos de pollo en salsa, pastas cremosas y quesos suaves.

El Sauvignon Blanc, se caracteriza por ser una cepa fresca y vibrante, con aromas cítricos y herbales, a menudo con notas de lima, pasto y frutas tropicales.Con su acidez vibrante y notas de cítricos y hierbas, es ideal para maridar con platos ligeros como ensaladas, pescados y mariscos.

Es un vino blanco versátil, originario de España, conocido por su frescura y notas cítricas y herbales. Marida perfectamente con pescados, mariscos, quesos frescos como el de cabra y platos vegetales como ensaladas o espárragos. Su acidez equilibrada y carácter refrescante lo hacen ideal para acompañar comidas ligeras o disfrutarlo como aperitivo, especialmente en días cálidos.

Es una cepa de vino blanco originaria de la región del Rin en Alemania, conocida por su gran versatilidad y capacidad de envejecimiento.Varía desde seco hasta dulce, con notas de manzana verde, melocotón y un toque mineral. Con su dulzura y acidez equilibrada, es perfecto para acompañar comidas picantes y platos agridulces, como curry y comida asiática.

Suave y floral, con sabores de durazno, albaricoque y flores blancas. Con su aroma intenso a frutas exóticas y flores, y su textura suave y sedosa, el Viognier es ideal para platos con sabores ricos y especiados. Acompaña maravillosamente a comidas como pollo al curry, mariscos en salsas cremosas y quesos con un toque de hierbas.

El Pinot Grigio, conocido en realidad como Pinot Gris, es la variedad blanca más popular de Italia. Esta cepa ofrece refrescantes sabores a lima, limón, nectarinas y manzana verde, lo que la convierte en una excelente opción para acompañar pescados y mariscos. Aunque su piel es en realidad de un tono azul grisáceo, se clasifica como blanca debido a su origen de la uva tinta Pinot Noir. Con su acidez crujiente y su perfil sencillo, el Pinot Grigio es ideal para disfrutar bien frío, especialmente en climas cálidos.

La Garnacha Blanca es una opción versátil para maridar con diversos platos gracias a su equilibrio entre acidez y cuerpo. Combina perfectamente con mariscos frescos, pescados blancos a la parrilla o ceviches, así como con carnes blancas como pollo, pavo y cerdo, especialmente con salsas ligeras. También va bien con ensaladas y verduras asadas, así como con platos mediterráneos que incluyan tomate, berenjena y pimiento. Además, marida adecuadamente con quesos suaves y semicurados, como brie y queso de cabra, y complementa platos de la cocina asiática, siempre que no sean excesivamente picantes.

El maridaje de vinos rosados es una excelente manera de complementar una variedad de platos con su perfil único de sabores. Los vinos rosados, con sus notas frescas y frutales, son versátiles y pueden realzar tanto comidas ligeras como platos más elaborados. Su equilibrio entre la acidez y la suavidad los hace ideales para maridar con ensaladas frescas, mariscos y platos a base de vegetales. También funcionan bien con carnes blancas y platos de pasta con salsas ligeras.

La clave para un maridaje exitoso con rosados es considerar su intensidad y elegir platos que complementan sus características sin abrumarlas. Al encontrar el equilibrio adecuado, el vino rosado puede transformar cualquier comida en una experiencia refrescante y armoniosa.

Un vino naranjo, también conocido como «vino naranja» o «orange wine», es un tipo de vino blanco que se elabora utilizando técnicas de vinificación que suelen aplicarse a los vinos tintos. La característica principal de los vinos naranjos es que las uvas blancas se fermentan con sus pieles durante un período prolongado, lo que les da su color distintivo anaranjado y una mayor complejidad en sabor y textura.

La versatilidad de los vinos naranjos permite una amplia gama de maridajes: Pescados grasos y mariscos, comidas especiadas como curries, quesos curados y envejecidos, patos con hongos y verduras asadas.

El maridaje con espumantes ofrece una experiencia única que puede transformar cualquier comida en una celebración. La elección del espumante para maridar dependerá de su dulzor y complejidad. Aquí te presento algunas opciones:

El Brut Nature o Extra Brut, son considerados los más secos, con poca o ninguna adición de azúcar, y maridan a la perfección con ostras y mariscos crudos, resaltando su frescura y salinidad. También son ideales para sushi y sashimi, ya que su acidez corta la grasa del pescado. Estos espumantes acompañan maravillosamente tapas y aperitivos salados, como croquetas, jamón ibérico y quesos curados, así como platos grasos, limpiando el paladar y equilibrando los sabores.

El Brut es menos seco que los anteriores, y son perfectos para pescados blancos como merluza, lenguado y bacalao, así como para mariscos cocidos, como langostinos y gambas. Su frescura combina bien con ensaladas, realzando los vegetales.

Tienen un poco más de dulzor, son ideales para acompañar aves como pollo y pavo, así como pastas con salsas ligeras, como Alfredo o carbonara, y quesos suaves como brie y Camembert.

El Demi Sec y Dulce son los más dulces y se recomiendan para maridar con postres, como tartas de chocolate y pasteles, así como con frutas frescas, como fresas y melón.

Consejos adicionales:
· Temperatura: Sirve los espumantes frescos, entre 6 y 8 grados Celsius.
· Cristalería: Utiliza copas flautas para apreciar las burbujas y los aromas.
· Ocasiones: Los espumantes son ideales para aperitivos, celebraciones y comidas ligeras.

En resumen, los espumantes son vinos muy versátiles que pueden acompañar desde aperitivos hasta postres. La clave está en elegir el espumante adecuado según el plato y tus preferencias personales.

El maridaje con licores puede transformar cualquier comida o evento en una experiencia gourmet. Al igual que con los vinos, la clave está en armonizar los sabores del licor con los del plato. Los licores con notas dulces, como el whisky con miel o el licor de cereza, pueden complementar postres y platos ricos en azúcar, mientras que los licores más amargos, como el vermut, combina perfectamente con aperitivos salados o platos fuertes.

La profundidad y complejidad de los licores permiten crear contrastes únicos y equilibrar sabores intensos, ofreciendo una experiencia sensorial sofisticada.

1. Dulzor: Los licores dulces maridan bien con postres, frutas y quesos azules.
2. Acidez: Los licores cítricos (como el limoncello) complementan platos grasos y mariscos.
3. Amargor: Los licores amargos (como el Campari) maridan bien con aperitivos y carnes rojas.
4. Aromas: Los aromas del licor deben armonizar con los aromas de la comida. Por ejemplo, un licor con notas a vainilla marida bien con postres de chocolate.
5. Textura: La textura del licor también es importante. Los licores cremosos combinan bien con postres y platos con salsas densas.

· Ron añejo: Carnes a la parrilla, chocolate amargo, café.
· Whisky: Carnes rojas, quesos curados, postres de chocolate.
· Gin: Mariscos, ensaladas, cócteles.
· Vodka: Cócteles, mariscos, platos salados.
· Tequila: Comida mexicana, guacamole, mariscos, cócteles.
· Vermut: Aperitivos, quesos, aceitunas
· Gin y ostras: La acidez de la ginebra complementa la salinidad de las ostras.
· Whisky ahumado y salmón ahumado: Los sabores ahumados se potencian mutuamente.
· Whisky/Bourbon y Chocolate oscuro: Los sabores ricos y complejos del whisky se armonizan bien con el chocolate oscuro. Carnes ahumadas o a la parrilla: El sabor fuerte del whisky complementa carnes como costillas, hamburguesas y bacon.
· Tequila y guacamole: La acidez del tequila equilibra la cremosidad del guacamole.
· Cognac: Foie gras, su elegancia y complejidad realzan el sabor del foie gras. También los frutos secos como nueces, almendras y castañas para un maridaje sofisticado.
· Vermut rojo y jamón ibérico: Los sabores intensos del vermut rojo combinan a la perfección con la salinidad del jamón.
· Licores de frutas (como el · licor de cereza o de naranja): Postres frutales, acompañan bien con tartas de frutas, sorbetes y cremas. También los quesos de cabra armonizan con su dulzura, complementando su acidez.

Para alcanzar un maridaje perfecto, equilibra la intensidad del vino con la de la comida: vinos robustos como el Cabernet Sauvignon van bien con carnes fuertes, mientras que vinos ligeros como el Sauvignon Blanc se adaptan a platos delicados. Complementar o contrastar sabores, eligiendo vinos que resalten o contrasten con los sabores del plato; por ejemplo, un vino frutal puede realzar un plato con notas similares, mientras que un vino ácido puede cortar la grasa de alimentos ricos.
Además, equilibra la dulzura y la acidez: un vino dulce puede contrarrestar platos picantes y un vino ácido puede equilibrar comidas grasas. Finalmente, armoniza la textura del vino con la del plato; vinos con cuerpo se adaptan bien a comidas sustanciosas, mientras que vinos más ligeros son ideales para platos más delicados. Aplicando estos consejos, puedes crear combinaciones deliciosas y memorables.

Descubre el maridaje perfecto con Viñales tienda de Vinos y Licores. Explora nuestra exclusiva selección de vinos y encuentra la combinación ideal para tus comidas.
Visita nuestra tienda hoy y eleva tus cenas con vinos que realzan cada bocado. ¡Haz tu pedido ahora y disfruta de una experiencia gastronómica inigualable!

El maridaje es el arte de combinar sabores de alimentos y bebidas. Especialmente, se enfoca en los vinos. Busca crear una experiencia gastronómica completa y satisfactoria.

Un maridaje perfecto mejora los sabores de todo. Hace que la experiencia culinaria sea más rica y compleja. Así, disfrutamos de una mayor riqueza en los platos.

Hay varios factores clave. Primero, considera los sabores, texturas y acidez de los platos y vinos. También, piensa en el contexto y ocasión de disfrute.

El maridaje de vinos tintos es una aventura que te invita a explorar diferentes sabores y texturas. Al considerar los principios básicos del maridaje, podrás encontrar la combinación perfecta para cada plato y ocasión.

· Vinos Tintos robustos (como Cabernet Sauvignon o Malbec) se emparejan bien con carnes rojas, platos a la parrilla y comidas con salsas ricas.
· Vinos Tintos más ligeros (como Pinot Noir) son ideales para platos más delicados, como pollo, pavo y platos de pescado.
· Los tintos con buena acidez y taninos equilibrados, como el Merlot, van bien con salsas de carne, guisos y platos con salsa de tomate.

Recuerda que el maridaje ideal equilibra la intensidad del vino con el sabor del plato, realzando la experiencia de ambos.

El sabor del vino blanco es tan sutil que se lleva bien con la mayoría de los alimentos. Pescado, quesos suaves y todo tipo de verduras son excelentes alternativas para acompañarlo y en determinadas ocasiones la carne de ave también es otra opción.

Elige vinos que complementen la frescura y acidez del vino con la textura y el sabor del plato para un maridaje equilibrado.

· Vinos Blancos secos: Acompañan mariscos, pescados y ensaladas frescas.
· Vinos Blancos con cuerpo: Perfectos con platos cremosos como pasta en salsa blanca y quesos suaves.
· Vinos Blancos afrutados: Se combinan bien con pollo, pavo y comidas ligeras.
· Vinos Blancos ácidos: Ideales para platos con salsas ácidas o cítricas, como aderezos para ensaladas.

Sí, el maridaje no solo es para vinos. Bebidas como cócteles y destilados también pueden ser parte de una experiencia gastronómica. Aportan nuevos matices y complementan los sabores.

Es importante ser creativos y experimentar. Considera el ambiente y la ocasión. Así, lograrás maridajes memorables y únicos.