¿Qué es una cata vertical? Es una experiencia que va más allá de simplemente degustar. Se trata de un viaje sensorial que nos permite explorar la complejidad y la riqueza de cada vino. En este contexto, las catas verticales ofrecen una perspectiva única: permiten a los amantes del vino comparar diferentes añadas de una misma etiqueta, desvelando cómo el tiempo y las condiciones de cultivo afectan al sabor y al carácter de cada cosecha.

Acompáñanos a descubrir qué hace que estas catas sean tan especiales y por qué son una experiencia imperdible para todos aquellos que desean profundizar en el mundo del vino.

Una cata vertical es una técnica de degustación que se centra en un solo vino, pero que incluye varias añadas del mismo. Este enfoque permite a los catadores explorar y comparar cómo el mismo vino evoluciona a lo largo del tiempo, resaltando los cambios en sus características sensoriales, como aroma, sabor, color y textura. La cata vertical se diferencia de otros tipos de catas, como la cata horizontal, que compara vinos de una misma añada pero de diferentes bodegas o variedades.El propósito de este tipo de cata es comparar cómo factores como la ubicación geográfica, el estilo de vinificación o las decisiones de cada enólogo influyen en los vinos, manteniendo constante el año de cosecha.

• Enfoque en un Solo Vino: En lugar de una variedad de vinos, la cata vertical se centra en uno solo, permitiendo una apreciación más profunda de sus matices a través de diferentes años de producción.

• Comparación de Añadas: Se seleccionan varias añadas del mismo vino, generalmente de 3 a 5, para observar cómo el tiempo ha influido en su desarrollo. Esto puede incluir cambios en el perfil de sabor, la acidez, la tanicidad y la complejidad aromática.

• Influencia del Terroir y el Clima: Cada añada es afectada por diversas condiciones climáticas, como el clima durante el ciclo de crecimiento de la uva, las decisiones de vinificación del enólogo y las condiciones del suelo. Estas variables pueden tener un impacto significativo en el carácter del vino, y la cata vertical permite a los catadores entender y apreciar estas diferencias.

Participar en una cata vertical no solo es un deleite para los sentidos, sino que también es una experiencia educativa. Los catadores pueden aprender sobre la historia del vino, las decisiones de vinificación y cómo el vino ha evolucionado a lo largo del tiempo. La interacción entre los participantes y el enólogo o experto en vinos puede enriquecer aún más la experiencia, brindando información sobre las características de cada añada y recomendaciones sobre maridajes.

En Viñales, somos una tienda especializada en vinos y licores, que ofrecemos la oportunidad para disfrutar de vinos de alta calidad, como Kai Errázuriz, Don Maximiano Errázuriz y La Piu Belle. Cada una de estas catas ofrece una ventana única al tiempo y al arte de la vinificación, haciendo de esta actividad un evento imperdible para los entusiastas del vino.

Realizar una cata vertical no solo es una forma de disfrutar el vino, sino que también brinda múltiples beneficios que enriquecen la experiencia del catador. Aquí exploramos algunas de las principales ventajas de participar en este tipo de catas:

Una de las principales ventajas de una cata vertical es la oportunidad de observar cómo un vino evoluciona con el tiempo. Al degustar diferentes añadas de un mismo vino, los catadores pueden apreciar cambios en el sabor, el aroma y la estructura. Esta evolución está influenciada por factores como las condiciones climáticas del año de cosecha, las decisiones del enólogo y el proceso de envejecimiento. Así, cada añada presenta una interpretación única del mismo vino, permitiendo una comprensión más profunda de sus características.

Las catas verticales permiten una comparación directa entre diferentes añadas, lo que resulta en una experiencia educativa. Los catadores pueden identificar las diferencias y similitudes entre las cosechas, lo que les ayuda a comprender mejor las características específicas de cada añada. Esta comparación puede facilitar el aprendizaje sobre las particularidades de la región vitivinícola y las técnicas de vinificación empleadas.

Cada añada de un vino es un reflejo de su terroir, que incluye el clima, el suelo y las prácticas agrícolas del viñedo. A través de una cata vertical, los participantes pueden aprender cómo estos factores influyen en el perfil del vino. La comprensión del terroir es fundamental para cualquier amante del vino, ya que aporta contexto a lo que se está degustando.

Participar en catas verticales puede mejorar las habilidades de cata de los participantes. Al tener la oportunidad de evaluar diferentes añadas de un mismo vino, los catadores pueden agudizar sus sentidos, aprender a identificar matices sutiles y desarrollar un vocabulario más rico para describir lo que están experimentando. Esto es especialmente valioso para aquellos que desean profundizar en su conocimiento del vino.

Las catas verticales a menudo se llevan a cabo en grupos, lo que las convierte en una experiencia social muy enriquecedora. Compartir opiniones y sensaciones sobre cada añada fomenta la conversación y el intercambio de ideas. Además, conocer a otros entusiastas del vino puede abrir puertas a nuevas amistades y redes dentro del mundo vinícola.

Las catas verticales suelen incluir vinos de alta calidad y prestigio, que pueden ser difíciles de conseguir individualmente. Esto brinda a los participantes la oportunidad de degustar vinos que tal vez no habrían probado de otra manera. Para los amantes del vino, esto representa una excelente oportunidad para ampliar su paladar y descubrir nuevas preferencias.

Finalmente, participar en una cata vertical crea una conexión emocional con el vino y su historia. Cada añada cuenta una historia única que está vinculada a su tiempo, lugar de producción y vendimia. Al conocer el contexto detrás de cada cosecha, los catadores pueden apreciar aún más el esfuerzo y la dedicación que hay en cada botella, convirtiendo la degustación en una experiencia memorable y significativa.

Organizar una cata vertical puede ser una experiencia gratificante tanto para principiantes como para expertos en vinos. A continuación, te presentamos los pasos clave y las consideraciones importantes para llevar a cabo una cata vertical exitosa.

El primer paso para organizar una cata vertical es elegir el vino específico que tenga varias añadas disponibles. Idealmente, se debe seleccionar un vino que tenga un historial de producción constante. En el caso de Viñales, tenemos una selección de catas verticales, siendo excelentes ejemplos, ya que permiten a los catadores explorar cómo la evolución del tiempo ha influido en cada vino.

Ejemplos de selección:

• Cata Vertical Opción 1 : Vino Kai Errázuriz Carmenere: Elegir las añadas 2015, 2020 y 2021.

• Cata Vertical Opción 2 :Vino Don Maximiano Errázuriz: Considerar las añadas 2001, 2010, 2011, 2013, 2020 y 2021.

• Cata Vertical Opción 3 :Vino La Piu Belle: Incluir las añadas 2018, 2019 y 2021.

Para una cata vertical efectiva, necesitarás:

• Copas de vino: Es importante usar copas adecuadas, preferiblemente de cristal, que resaltan los aromas y sabores del vino. Se recomienda tener una copa por cada añada que se va a degustar.

• Servilletas y agua: Mantén servilletas a mano para limpiar cualquier derrame y agua para limpiar el paladar entre cada vino.

• Lápiz y papel: Es útil tomar notas durante la cata. Puedes anotar tus impresiones sobre cada añada, aromas y sabores percibidos.

• Escupidero de vino: Es un recipiente utilizado durante las catas para escupir el vino después de degustar. Su función principal es permitir que los catadores puedan probar múltiples vinos sin ingerir grandes cantidades de alcohol, lo que ayuda a mantener la percepción sensorial clara durante toda la cata.

• Algo para picar: Es recomendable ofrecer comida ligera en una cata vertical de vinos. Opciones como quesos suaves, pan neutro, frutos secos y frutas frescas son ideales para limpiar el paladar sin interferir con los sabores del vino. Evita alimentos intensos o muy condimentados para no alterar la percepción de los vinos.

En una cata vertical de vinos, el orden de los vinos es crucial para que los catadores aprecien cómo ha evolucionado el vino a lo largo del tiempo. Tradicionalmente, los vinos se organizan del más joven al más viejo, aunque hay quienes prefieren hacerlo al revés.

• Orden del más joven al más viejo (Recomendado)
  Este enfoque permite comenzar con vinos jóvenes, frescos y vibrantes, y apreciar cómo ganan complejidad y suavidad a medida que envejecen.
  Ventajas: Progresión gradual en cuerpo y estructura, destacando la evolución del vino.

• Orden del más viejo al más joven
  Comenzar con los vinos más maduros permite enfocarse en su delicadeza antes de que los jóvenes saturen el paladar.
  Ventajas: Se percibe mejor el carácter único de los vinos añejos.

Consideraciones adicionales:

• Decantar vinos más viejos si es necesario en el caso que tenga más de 10 a 15 años pueden tener sedimentos. Decantar ayuda a separarlos y airear el vino, realzando sus aromas y sabores.
• Usar copas diferentes o enjuagarlas entre añadas para evitar mezclas de sabores.

Ejemplo de orden:

• Cata del vino Kai Errázuriz 2021.

• Cata del vino Kai Errázuriz 2020.

• Cata del vino Kai Errázuriz 2015.

Durante la cata, se pueden seguir los siguientes pasos para evaluar cada vino:

• Observación: Examina el color del vino, que puede dar pistas sobre su edad y el tipo de uva.

• Aroma: Agita suavemente la copa para liberar los aromas y luego inhala profundamente. Toma notas sobre los olores que percibes.

• Sabor: Toma un sorbo y permite que el vino recorra tu paladar. Presta atención a la textura, acidez y los sabores que emergen.

• Final: Observa el retrogusto, que puede indicar la calidad del vino.

Después de degustar todas las añadas, es momento de comparar las impresiones y discutir las diferencias y similitudes. Este intercambio puede enriquecer la experiencia, permitiendo que los participantes aprendan unos de otros y profundicen su comprensión de los vinos.

Descubre una experiencia sensorial única en Viñales con nuestras exclusivas catas verticales. Sumérgete en la historia y evolución de nuestros vinos a través de distintas añadas, donde cada sorbo cuenta una historia de pasión y dedicación. No te pierdas la oportunidad de comparar la riqueza y complejidad de nuestros verticales de vino.

Cada copa revela la esencia de su añada, permitiéndote apreciar las sutilezas de su desarrollo a lo largo del tiempo. Vive un recorrido inolvidable a través de estos vinos de alta gama, donde cada sorbo te conectará con la tradición, el terroir y la maestría.¡Tu próxima gran experiencia en el mundo del vino la tienes con Viñales!

La cata vertical de Kai Errázuriz Carmenere es una experiencia que permite sumergirse en la evolución de una de las expresiones más icónicas de la cepa Carmenere. Viña Errázuriz, con una historia de más de un siglo en la producción de vinos de alta calidad, ha consolidado este vino como un referente mundial, utilizando su profundo entendimiento del terroir del Valle de Aconcagua para capturar la verdadera esencia de esta cepa emblemática de Chile. Esta cata nos lleva a través de diversas añadas, desentrañando las particularidades climáticas, vitícolas y enológicas que definen la personalidad de cada cosecha.

El Kai Carmenere nace en Viña Errázuriz como un homenaje a una cepa que encontró en Chile su verdadero hogar. Redescubierta en los años 90, el Carmenere, originario de Burdeos, se transformó en la uva emblemática de Chile, especialmente en el Valle de Aconcagua.

Kai, cuyo nombre significa “planta” en mapudungun, simboliza la conexión de este vino con la naturaleza y las raíces del terroir chileno. Desde sus primeras cosechas en los años 90, el objetivo de Errázuriz ha sido producir un vino que capture la esencia del Carmenere, respetando su carácter y expresando el potencial del Valle de Aconcagua​​.

El terroir del Valle de Aconcagua juega un papel fundamental en la calidad y complejidad del Kai Carmenere. Este valle, a 60 kilómetros del Océano Pacífico, cuenta con un clima mediterráneo, donde los veranos cálidos se ven suavizados por las brisas frescas del mar. Este factor contribuye a una maduración lenta y progresiva de las uvas, esencial para el Carmenere, una cepa que necesita tiempo en la vid para alcanzar su plenitud​​.

• Tiempo en la vid: Es el período que las uvas permanecen en la planta antes de ser cosechadas para alcanzar su madurez óptima.

Además, el manejo vitícola es clave: los rendimientos bajos (de 1,5 a 2 kilos por planta) y una vendimia tardía aseguran una madurez óptima, mientras que la cuidadosa gestión del vigor de las plantas permite que las uvas mantengan un equilibrio perfecto entre acidez y concentración​​.

La elaboración de Kai Carmenere es un proceso de precisión, donde cada detalle cuenta para garantizar que el vino capture el espíritu del terroir.

La vendimia es completamente manual, seleccionando solo las uvas en su punto perfecto de madurez. Este proceso incluye una doble inspección para eliminar cualquier elemento vegetal no deseado, asegurando la pureza del mosto​.

El vino se trasiega a barricas de roble francés, donde realiza la fermentación maloláctica y envejece entre 16 y 22 meses, dependiendo de la añada. Este prolongado contacto con el roble agrega capas de sabores especiados, como café tostado y chocolate amargo, que se integran perfectamente con la fruta​​.

El Kai Carmenere está diseñado para envejecer con elegancia gracias a su meticuloso proceso de elaboración y su estructura robusta. Los taninos finos, la acidez equilibrada y la integración de las notas de roble hacen que este vino sea capaz de evolucionar durante muchos años. Este vino es ideal para guardar entre 10 y 20 años, donde su evolución sorprenderá incluso a los paladares más experimentados​​. A medida que envejece, desarrolla complejas notas terciarias que enriquecen la experiencia de degustación.

La cata vertical es una de las mejores formas de apreciar la evolución y consistencia de un vino a lo largo del tiempo. En este caso, abordaremos en profundidad una Cata Vertical del Don Maximiano Founder’s Reserve, un vino legendario de Viña Errázuriz, que ha marcado la historia del vino chileno desde 1983. Detallaremos no solo la historia detrás del vino, sino también la particularidad de cada añada y cómo las condiciones climáticas, el terroir y las técnicas de vinificación han influido en su desarrollo.

El Don Maximiano Founder’s Reserve fue creado en 1983 por Eduardo Chadwick, bisnieto de Don Maximiano Errázuriz, quien fundó la viña en 1870. El vino fue concebido para expresar el máximo potencial del Valle de Aconcagua, un lugar que combina influencias marítimas y andinas, lo que da como resultado un terroir único para la elaboración de vinos tintos de calidad. Don Maximiano se consolidó rápidamente como un vino de clase mundial, y ha sido un símbolo del compromiso de Viña Errázuriz con la excelencia en la viticultura chilena.

Una de las características principales del Don Maximiano es su elaboración meticulosa, que involucra prácticas de viticultura sostenible, la selección manual de las mejores uvas y la fermentación en pequeñas tinas de acero inoxidable. Posteriormente, el vino se envejece en barricas de roble francés durante un promedio de 20 a 24 meses, dependiendo de la añada. La capacidad de guarda de este vino es sobresaliente, con algunas añadas que han demostrado mantenerse en perfectas condiciones por más de 30 años.

Detalles Técnicos del Envejecimiento:

• Barricas: Roble francés, con un 60-70% de barrica nueva, lo que aporta aromas de vainilla, tabaco y especias.

• Envejecimiento: De 18 a 24 meses, dependiendo de la cosecha.

• Capacidad de guarda: Entre 20 y 30 años para las mejores añadas.

El terroir del Valle de Aconcagua juega un rol fundamental en la identidad de Don Maximiano. Las viñas se plantan en las laderas, a alturas que varían entre 300 y 500 metros sobre el nivel del mar. El valle recibe brisas frescas del océano Pacífico y vientos fríos de la cordillera de los Andes, lo que asegura una larga temporada de maduración que contribuye a la complejidad y estructura del vino.

El Don Maximiano Founder’s Reserve presenta una evolución visual marcada a lo largo de los años:

• En añadas jóvenes (2015 en adelante), el color es de un profundo rojo rubí con destellos púrpura, señal de su frescura y concentración. Su intensidad cromática refleja la madurez de las uvas y el tiempo pasado en barrica.

• En añadas intermedias (2000-2010), el color evoluciona hacia tonos granates oscuros, mostrando una leve opacidad en el borde, lo que indica el inicio de su envejecimiento.

• En añadas más antiguas (década de los 80 y 90), los tonos rojo teja y granate apagado dominan, con un borde ligeramente marrón que señala su longevidad y evolución. Este cambio es característico de los vinos de guarda prolongada.

La claridad del vino se mantiene en todas las añadas, mostrando un brillo que denota su pureza y cuidado en la vinificación.

Los aromas del Don Maximiano son complejos y cambian con la edad:

• Añadas jóvenes (2015 en adelante): Predominan los aromas frutales frescos, como la grosella negra, la ciruela madura y las moras, acompañadas de notas de violetas y especias como el clavo de olor. La influencia del roble nuevo se manifiesta en sutiles toques de vainilla, cacao y cedro.

• Añadas intermedias (2000-2010): Aquí los aromas de frutas se vuelven más maduros, con frutas negras cocidas y frutos secos. Surgen notas de chocolate oscuro, tabaco y un fondo especiado más complejo, con pimienta negra, regaliz y café tostado.

• Añadas antiguas (1983-1995): Los aromas terciarios dominan, con matices de cuero envejecido, tierra húmeda, trufa y un leve toque de setas. Las frutas se transforman en ciruelas pasas, acompañadas de notas de tabaco, hierbas secas y cedro.

La nariz en todas las añadas es elegante y expresiva, con una complejidad que evoluciona maravillosamente con el tiempo.

El Don Maximiano tiene una estructura notable, que varía en cada etapa de su evolución:

• Añadas jóvenes (2015 en adelante): En boca, el vino es potente y estructurado, con taninos firmes y densos. La acidez fresca aporta equilibrio y vivacidad, con sabores de frutas negras maduras como moras y grosellas, junto a un toque de especias dulces y chocolate. El final es largo y lleno de frutas frescas y vainilla.

• Añadas intermedias (2000-2010): Los taninos comienzan a suavizarse, volviéndose más redondos y sedosos, mientras la fruta adquiere una textura más melosa. Los sabores de chocolate oscuro, tabaco y ciruelas cocidas se combinan con un toque de regaliz y especias. El final es persistente, con una agradable complejidad especiada y terrosa.

• Añadas antiguas (1983-1995): En estas añadas, el vino muestra una textura completamente integrada, con taninos suaves y aterciopelados. Los sabores son más terciarios, con notas de cuero, frutos secos, trufa y hierbas secas, que aportan profundidad. El final es largo y elegante, con una persistente sensación de cedro, tabaco y setas.

El Don Maximiano Founder’s Reserve ha sido galardonado con múltiples premios y altas puntuaciones a lo largo de los años, consolidándose como uno de los vinos más aclamados de Chile. Entre sus reconocimientos destacan:

• Puntuaciones superiores a 95 puntos por críticos como James Suckling y Wine Advocate, destacando añadas como 2015 y 2018.

• Medallas de Oro en concursos internacionales como los Decanter World Wine Awards y el Concours Mondial de Bruxelles.

• Inclusión en el Top 100 Wines of the Year de Wine Spectator, reafirmando su calidad y consistencia.

• Protagonismo en catas ciegas, como la famosa Cata de Berlín, que lo colocó entre los mejores vinos del mundo.

Estos reconocimientos refuerzan la excelencia y longevidad del Don Maximiano, haciéndolo un vino icónico en el mundo del vino de guarda.

La Cata Vertical de La Piu Belle es una experiencia que permite descubrir la evolución de este emblemático vino chileno a lo largo de diferentes añadas. Este tipo de cata se enfoca en degustar varias cosechas del mismo vino, destacando las particularidades que el clima, las técnicas de vinificación y el envejecimiento aportan a cada añada.

La Piu Belle nace como una representación de la belleza del terroir de Millahue, conocido como el «Lugar de Oro» en el idioma mapuche, una zona privilegiada en la región del Valle de Cachapoal. Desde su creación, este vino ha sido concebido como una obra de arte en sí misma, no solo por su complejidad enológica, sino también por el diseño artístico que adorna sus botellas.

La primera añada de La Piu Belle fue lanzada con el objetivo de capturar la esencia del Carmenere, la cepa emblemática de Chile, combinada con otras variedades como Cabernet Sauvignon y Syrah, en una mezcla voluptuosa y estructurada. Cada cosecha refleja las características únicas del clima y el suelo de la región, ofreciendo una nueva interpretación del mismo viñedo.

La cata vertical de La Piu Belle permite a los amantes del vino y a los conocedores apreciar cómo evoluciona este vino a lo largo de los años, destacando las variaciones de las añadas y los efectos del envejecimiento en botella. Esta cata es una oportunidad para entender mejor cómo los factores como las temperaturas, las lluvias y el manejo del viñedo influyen en el perfil final del vino.

La cata vertical de La Piu Belle destaca también cómo los cambios en la mezcla de variedades y el tiempo en barrica afectan el carácter de cada cosecha. Por ejemplo, mientras que en la añada 2021 predomina el Carmenere en un 76%, la añada 2018 tiene un balance más equitativo con un 44% de Carmenere y 41% de Cabernet Sauvignon. Estas diferencias permiten a los catadores notar cómo la estructura del vino y sus notas de cata se van transformando con el tiempo.

El perfil sensorial de La Piu Belle en una cata vertical varía según la añada, pero podemos definir algunos aspectos generales que caracterizan a este vino y cómo se perciben en visual, nariz y boca:

En general, La Piu Belle destaca por su atractivo color profundo, reflejando la riqueza de las variedades utilizadas y su tiempo de crianza en barrica. Dependiendo de la añada, puedes esperar:

• Color: Profundos tonos rojo oscuro con destellos violeta en las añadas más jóvenes. A medida que el vino envejece, los tonos pueden volverse más oscuros, evolucionando hacia rubí o granate. Esto es típico en vinos con base de Carmenere y Cabernet Sauvignon, que aportan gran concentración de color.

• Intensidad: Muy alta, lo que anticipa un vino complejo y estructurado.

En nariz, La Piu Belle se presenta de manera compleja y multifacética. El Carmenere, como cepa predominante en la mayoría de las añadas, proporciona una base especiada y herbácea, mientras que las otras variedades añaden profundidad frutal y mineralidad.

• Frutas: En las añadas más jóvenes, predominan los frutos negros como moras, ciruelas maduras y cerezas negras. Las añadas con más tiempo en botella muestran frutos secos y toques de ciruelas pasas.

• Especias: Aparecen notas claras de pimienta negra, páprika y en algunos casos, clavo de olor y nuez moscada, aportadas tanto por el Carmenere como por el tiempo en barrica.

• Mineralidad: Especialmente en añadas con un mayor porcentaje de Cabernet Franc, se perciben delicadas notas de grafito o piedra húmeda, que añaden una dimensión fresca.

• Notas terciarias: Con el envejecimiento, pueden surgir aromas a tabaco, cuero y un toque de cacao o chocolate negro, derivados de su largo paso por barrica y su evolución en botella.

En boca, La Piu Belle es voluptuoso, con una excelente estructura y una evolución armoniosa. Los taninos, especialmente en las añadas más jóvenes, son firmes y bien integrados, mientras que con el tiempo se vuelven más suaves y sedosos.

• Ataque: En los primeros instantes, se siente una explosión de frutos negros y rojos con una acidez equilibrada que le da frescura y nervio.

• Cuerpo: Es un vino de cuerpo medio a alto, que llena el paladar con una sensación envolvente. En las añadas más maduras, el vino adquiere una textura más suave y aterciopelada.

• Taninos: Redondos y bien integrados, brindan estructura sin ser agresivos. Aportan una sensación de volumen en el paladar medio, especialmente en las añadas más recientes (como 2020), donde se sienten suaves pero presentes, dando longitud al vino​.

• Final: El final es largo y persistente, con retrogusto a especias, fruta negra y un toque mineral de grafito. Las notas de chocolate amargo y pimienta pueden mantenerse al final de boca, dejando una impresión duradera.

La Piu Belle es un vino que se destaca por su excelente potencial de guarda debido a una combinación de factores claves que permiten su evolución positiva en la botella a lo largo de los años. A continuación te explico los aspectos que hacen de este vino una opción ideal para envejecer:

El ensamblaje de La Piu Belle, que incluye principalmente Carmenere, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, es clave para su capacidad de guarda:

• Carmenere: Aporta taninos suaves pero persistentes, con un perfil especiado que se desarrolla con el tiempo, suavizando sus bordes y ganando en complejidad.

• Cabernet Sauvignon: Contribuye con estructura, taninos firmes y un gran potencial de envejecimiento, lo que asegura que el vino mantenga su integridad durante muchos años.

• Cabernet Franc: Añade frescura, acidez y una mineralidad que equilibra la mezcla, aportando longevidad al vino al evitar que se vuelva demasiado pesado o plano con el tiempo.

El vino tiene una estructura tánica firme pero bien integrada, lo que le permite envejecer lentamente y suavizarse con el tiempo. Los taninos presentes actúan como conservantes naturales, proporcionando una columna vertebral sólida que sostiene al vino durante su evolución.

La acidez natural de La Piu Belle es otro de los factores esenciales para su capacidad de guarda. Una acidez bien equilibrada asegura que el vino mantenga su frescura y vitalidad durante el envejecimiento, evitando que se oxide rápidamente. Esto es especialmente importante en vinos que tienen potencial de envejecer más de una década, ya que la acidez actúa como un estabilizador que preserva los aromas y sabores frescos a lo largo del tiempo.

El uso de barricas de roble francés durante un tiempo prolongado (24 meses en algunas añadas) añade una capa de complejidad y estructura al vino. El contacto con la madera aporta taninos adicionales, junto con sabores y aromas terciarios como vainilla, tostado y especias, que continúan integrándose y evolucionando durante el tiempo en botella.

• Barricas BARROIR: Algunas añadas, como la 2020, incluyen el uso de barricas especiales tostadas de roble de la misma propiedad (BARROIR), lo que intensifica los matices complejos y prolonga la vida del vino​.

La Piu Belle tiene una notable concentración de fruta y estructura. El balance entre frutas maduras, especias, acidez y taninos le otorga un perfil ideal para envejecer. Con el tiempo, los sabores de frutas frescas evolucionan hacia frutas confitadas y notas más complejas de cuero, tabaco y cacao, lo que enriquece la experiencia sensorial en cada fase de su evolución.

El terroir de Millahue, en el Valle del Cachapoal, se caracteriza por su clima mediterráneo cálido con influencia marina, lo que permite una maduración lenta y homogénea de las uvas. Este equilibrio entre el calor del día y las noches frescas preserva los niveles de acidez y ralentiza el proceso de oxidación en la botella, lo que contribuye a la longevidad del vino.

La Piu Belle tiene la capacidad de desarrollar aromas terciarios (cuero, tabaco, trufa, cacao) y suavizar sus taninos con el tiempo, volviéndose más sedoso y complejo. Esto es un signo claro de que el vino no solo se mantiene estable con el tiempo, sino que mejora, lo que es uno de los indicadores más importantes de un vino con excelente capacidad de guarda.

Este vino ha sido consistentemente galardonado con altas puntuaciones (como los 97 puntos de The Drinks Business para la añada 2020), lo que es un indicativo de su calidad y longevidad reconocida por expertos internacionales​. Vinos de esta categoría y reconocimiento suelen tener un perfil diseñado para evolucionar positivamente con el tiempo.

La Piu Belle ha sido galardonada con prestigiosos premios internacionales, incluyendo 97 puntos de The Drinks Business y 96 puntos de James Suckling para la añada 2020, además de múltiples Medallas de Oro en competencias como Global Carmenere Masters y Global Travel Retail Masters. Estas altas puntuaciones reflejan la consistencia y calidad de este vino, consolidándose como uno de los grandes referentes del vino chileno en el escenario mundial.

Regalar una cata vertical de vinos como Kai Carmenere, La Piu Belle y Don Maximiano es una experiencia única por varias razones. Aquí te explicamos por qué es una excelente idea:

Estos vinos, como el Don Maximiano de Viña Errázuriz, el Kai Carmenere y La Piu Belle, representan lo mejor de la viticultura chilena, con cada uno destacando su terroir y las características propias de sus viñedos en el Valle de Aconcagua​​​. Una cata vertical permite explorar cómo los cambios en el clima, las técnicas de vinificación y la evolución de las vides afectan el carácter de los vinos de una misma bodega o viñedo a lo largo de los años​.

Al tratarse de una cata vertical, se degustan diferentes añadas de los mismos vinos. Esto permite al catador notar las diferencias y similitudes entre cosechas, conociendo cómo influyen las condiciones climáticas de cada año y los procesos de vinificación. Por ejemplo, en vinos como Don Maximiano, los cambios en el clima pueden producir variaciones significativas en la madurez de la fruta, la acidez y la estructura tánica​​.

Estos vinos, como el Don Maximiano y Kai Carménère, son conocidos por su gran complejidad aromática y tánica. En una cata vertical, se pueden identificar cómo estos sabores y aromas evolucionan con el tiempo. Notas de frutos rojos, especias, cuero, y toques a madera son características comunes en vinos añejados como estos​​.

Una cata vertical es una experiencia educativa tanto para conocedores como para quienes están explorando el mundo del vino. Es una oportunidad para aprender sobre cómo se desarrollan los vinos con el tiempo y qué factores influyen en su envejecimiento​.

Regalar una cata vertical es ofrecer una experiencia exclusiva. Estos vinos, por su calidad y prestigio, son reconocidos a nivel mundial y degustarlos en diferentes añadas es un lujo que permite apreciar en profundidad la evolución y la dedicación detrás de su creación​​.

Por lo tanto, una cata vertical de vinos como Kai Carmenere, La Piu Belle, y Don Maximiano es un regalo que no solo deleita los sentidos, sino que también educa y enriquece la experiencia de degustar vinos premium.

No pierdas la oportunidad de experimentar la magia de las catas verticales en Viñales. Sumérgete en un viaje sensorial que te permitirá explorar y comparar las distintas añadas de vinos emblemáticos como Kai Errázuriz, Don Maximiano Errázuriz y La Piu Belle.

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En una cata vertical se prueban diferentes añadas del mismo vino, mientras que en una cata horizontal se comparan vinos del mismo año pero de diferentes bodegas o variedades.

Los vinos con potencial de guarda, como tintos de cuerpo completo, vinos íconos o de alta gama, suelen ser los más adecuados para una cata vertical, ya que su evolución en el tiempo es más notable.

Generalmente, una cata vertical incluye entre 3 y 5 añadas, aunque puede variar según el vino y el propósito de la cata.

La posibilidad de comparar cómo un vino evoluciona y se transforma con el tiempo, lo que ofrece una experiencia más profunda y educativa para los amantes del vino.